Estoy profundamente preocupado por la posibilidad de un segundo desastre en Pakistán: una ola de enfermedades y muertes después de esta catástrofe, vinculada al cambio climático, que ha afectado gravemente los sistemas de salud vitales dejando a millones vulnerables. El suministro de agua se interrumpe, lo que obliga a las personas a beber agua no potable, lo que puede propagar el cólera y otras enfermedades diarreicas. El agua estancada permite que los mosquitos se reproduzcan y propaguen enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue. Los centros de salud se han inundado, sus suministros dañados y las personas se han mudado de sus hogares, lo que les dificulta el acceso a sus servicios de salud normales. Todo esto significa más partos inseguros, más diabetes o enfermedades cardíacas sin tratar, y más niños sin vacunas, por nombrar solo algunos de los impactos en la salud.
Pero si actuamos rápidamente para proteger la salud y brindar servicios de salud esenciales, podemos reducir significativamente el impacto de esta crisis inminente. Los trabajadores de la salud en Pakistán están al límite mientras hacen todo lo posible para brindar servicios críticos en medio de la destrucción. Cerca de 2.000 establecimientos de salud han resultado dañados total o parcialmente. Junto con el gobierno de Pakistán, la ONU y las ONG asociadas, la OMS está estableciendo centros de salud y campamentos médicos temporales y ayudando a reabastecer de medicamentos a otros centros de salud. Estamos aumentando la vigilancia de enfermedades para que los brotes puedan detectarse temprano y las personas puedan recibir el tratamiento que necesitan.
El gobierno y los socios están proporcionando agua potable segura y acceso a baños para reducir los riesgos de enfermedades por el agua sucia. La OMS ha proporcionado kits de purificación de agua y sales de rehidratación oral para tratar las enfermedades diarreicas. Los socios también están ayudando a garantizar viviendas más seguras y mosquiteros para protegerse contra los mosquitos y las enfermedades que transmiten.
La OMS liberó de inmediato $10 millones del Fondo de Contingencia para Emergencias de la OMS, lo que nos permitió entregar medicamentos esenciales y otros suministros.
Doy las gracias a los donantes por su pronta respuesta al llamamiento urgente. Seguimos evaluando la escala de la crisis y en breve emitiremos un llamamiento revisado. Insto a los donantes a que sigan respondiendo con generosidad para que, juntos, podamos salvar vidas y evitar más sufrimiento.
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